En la tercera actividad de esta
asignatura Irune nos propuso contarnos o contarnos cuentos entre nosotras.
Formamos grupos de tres y cada una tuvimos que elegir una estrategia. Mi grupo
lo formábamos Sara, Ainhoa y yo; y como a todas nos daba igual decidimos
echarlo a suertes. A mí me tocó lectura, Ainhoa cuentacuentos y Sara narración
con libro.
Cogí todos los cuentos que había
en mi casa y mi hermana me prestó otros pocos. De todos ellos me quedé con
cuatro… no sabía cual elegir. Una vez más me ayudaron mis primos. Se sentaron
todos sonrientes en el salón, esperando a que les leyese cuentos. Les dije que
me contasen cosas que hacía mal, ¡Y menudos criticones están hechos! Me
ayudaron mucho a corregir mis fallos y a elegir cuento. Elegimos ‘Siempre te
querré’ porque a mi primito Marcos, que tiene 2 años le hizo pensar mucho e
incluso le emocionó. Acaba de tener un hermano, y a veces no está seguro de que
su mamá le siga queriendo como antes; el libro le ayudó a entender que su
madre, pase lo que pase, siempre le querrá muchísimo.
Este libro está destinado a
niños de entre 3 y 6 años. Trasmite a los niños el amor incondicional de los
padres hacia sus hijos. Este tema es muy importante para los niños, ya que para
ellos los más importante es sentirse queridos por sus padres.
Legué a clase con mi cuento y nos
colocamos todas con nuestros grupos. Intenté acordarme de lo que me habían
dicho mis primos; entonación, ir más despacio, etc. Sara y Ainhoa me dijeron
que lo había hecho muy bien, que quizá debería entonar un poquito más. Así que
tomé nota y fui al grupo siguiente.
Le leí mi cuento a Cristina
Gallego, y ella también me dijo que estaba muy bien. Que debería gesticular un
poco más, pero… no puedo moverme más, me es imposible. Sé que cuando esté bien
tendré que hacerlo, y no me costará hacerlo porque suelo gesticular bastante.
Por último leí ‘Siempre te querré’
a María e Irene. Esta vez no me dijeron nada, simplemente que estaba muy bien.
Me gustó mucho escuchar a mis
compañeras y poder ver mi evolución. La primera vez estaba algo más ‘nerviosa’
por ver qué me dirían y si les gustaría o no. Pero en cuanto leí las dos
primeras líneas y las miré la cara se me pasó. Según leía más el cuento, más me
gustaba leerlo, y más segura estaba de cómo lo hacía. Fue una buena
experiencia.
Perfecto. ¡Vaya ayudantes que tienes en casa! :)
ResponderEliminar